REFLEXIONES EN LA ARENA LII.

        EL MENSAJE DE NAVIDAD DEL REY; EL SUBIDON DE LA LUZ Y EL TRANSFUGUISMO.

        Cada 24 de diciembre, desde hace treinta y cinco años, el Jefe del Estado, su Majestad el Rey Juan Carlos I de Borbón y Borbón, se dirige a los españoles en su tradicional Mensaje de Navidad. Como cada año su discurso crea polémica según quién lo oiga o según a quién vayan dirigidas sus palabras. Y su mensaje de este año no ha podido ser menos.

Sus palabras han sido acogidas con regocijo por el PSOE y en menor medida  por el PP. El primero, ha visto en las palabras del Rey un aval a las medidas aprobadas por el Gobierno de Zapatero que han supuesto recortes para los más desfavorecidos. Para el PP el Rey se suma a las políticas neoliberales necesarias que ellos impulsarían para salir de la crisis.

Pero en realidad Juan Carlos I ha pasado de puntillas sobre las causas de la crisis y no menciona a los causantes, a los responsables sociales y, por qué no, también jurídicos. Lo lamentable es que el Rey, que debe mantener su neutralidad constitucional, con sus palabras apoya las exigencias de los mercados y de las instituciones que controlan la economía y, por lo tanto, también la política.

Por el contrario, Juan Carlos I no hizo ninguna mención a las renuncias de los trabajadores y de las clases populares, las auténticas víctimas de la crisis, los “paganinis”, a los que se les exigen sacrificios sin ser los responsables. A Su Majestad se le olvidó que en este país hay cuatro millones de parados, que 300.000 familias han perdido sus viviendas, que más de ocho millones de españoles viven por debajo del umbral de la pobreza. Se le olvidó que en este país hubo una Huelga General el pasado 29 de septiembre y que su país está en Estado de Alarma hasta el próximo 15 de enero.

Eso sí, habló de unidad, de responsabilidad y de solidaridad. Pero a quién iban dirigidas estas palabras. ¿Al PSOE? ¿Al PP? ¿A todos los españoles? El mamporrero del PP, Esteban González Pons, enseguida se apuntó al oportunismo y quiso recoger el guante para estregárselo en la cara al PSOE. Esto lo hace el portavoz del “Partido del No a Todo”, el partido que espera recoger los frutos electorales por la irresponsabilidad social del PSOE, que ha traicionado a sus principios y a su electorado haciendo el juego sucio de la derecha.

En definitiva, para Su Majestad el Rey Juan Carlos I de Borbón y Borbón,  actual Jefe del Estado Español, lo único importante de este año 2010, que ya finaliza, es que España ganó, por fin, un Mundial de Fútbol. Es decir, que los españoles seguimos siendo súbditos y vasallos de un rey que no ve más allá de unos papeles escritos por sus consejeros reales. ¡Qué país!

Para cerrar este año tan “maravilloso”, de tantos éxitos deportivos y de tanto reconocimiento a la sumisión del gobierno a los poderosos, qué mejor que hacerles a los españolitos un regalo en estas “fechas tan señaladas”, como diría el rey. Pues nada, el gobierno que es tan dado a los regalos, nos ha dejado uno muy luminoso: el subidón de la luz. El gobierno disfraza con una falsa liberalización del mercado otra sumisión a las multinacionales de la energía.

Desde el 1 de enero de 2008 hasta la fecha la luz ha aumentado un 35%, mientras que el Índice de Precio al Consumo (IPC) solo lo ha hecho en un 4%. Sin embargo, el gobierno ha aprobado un aumento del 10% para el consumo de la luz y un 4% para el gas. Esta medida afectará a 17 millones de hogares españoles. Afectará más de 20 millones de abonados y de pequeñas y medianas empresas que consuman menos de 10 kilovatios.

Esta subida de la luz y del gas se produce en un momento en que las clases populares sufren en sus carnes los rigores de una crisis económica y financiera, que muchos expertos califican de superior al “Crack del 29”, cuando la caída de la Bolsa de Nueva York arrastró a millones de personas y de empresas a la más absoluta de las ruinas.

Desgraciadamente, la subida de la luz no supondrá una mejora en la calidad del servicio ni tampoco en los derechos de los consumidores. Quienes sí mejorarán sus beneficios serán las multinacionales de la energía, que ya han repartido 3.000 millones de euros en dividendos entre sus accionistas. Todo esto para mayor regocijo y cachondeo del Partido Popular que sigue con su política de presentarse como alternativa a un PSOE vendido a los mercados ya un Zapatero desbordado por la realidad.

Tampoco se ponen de acuerdo, el PSOE y el PP, en el transfuguismo. Y no se ponen de acuerdo sencillamente porque ellos son los beneficiarios de esta desviación democrática amparada por la Constitución Española.

Sí, es paradójico, pero es así. La Constitución establece en su artículo 6  que “Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular”. Sin embargo, los cargos públicos pueden abandonar sus partidos quedándose con el escaño en el parlamento o en el ayuntamiento. Y esto es así porque otro artículo de la Constitución, el 67.2 establece que “Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados a mandato imperativo”. Es decir, según sentencias jurídicas, los escaños pertenecen a los cargos públicos no a los partidos políticos.

Los partidos políticos eligen a sus candidatos, los forman, los promocionan, les pagan la campaña electoral, pero luego no tienen ningún control sobre ellos. Detrás de un tránsfuga casi siempre hay un interés económico y de éste viven tanto el PSOE como el PP. Por eso, no les interesa acabar con esta vergonzante práctica política. A ambos le importan un bledo los ciudadanos  y sus opciones políticas. Solo les interesa el Poder, y éste es muy goloso.

Tampoco habrá Papanata de la semana esta vez, aunque hay muchos candidatos que se lo merecen.

LES DESEO UN 2011 LLENO DE AMISTAD, SALUD Y TRABAJO.